
Visita mis redes sociales
Sufrí el infortunio de conocer en persona a los llamados “Espartanos”. Cuando eso ocurre, cuando conoces a alguien en presencia táctil y olorosa, cualquier duda se despeja y las expectativas se animan o mueren. Y se confirmaron mis sospechas, las mejores; son auténticos. Ya no podía mantener en mis entrañas esa posibilidad de que fueran unos chalados sin sustancia que simplemente deseaban minutos de gloria.
No, son de verdad, buena gente y con un gran corazón. Dada la confirmación, ya no correspondía el hecho de seguir poniendo excusas a sus constantes requerimientos hacia mi persona. Debía ingresar en sus filas, aunque fuese a nivel emocional.
Me sumo a su causa sin miramientos, no porque tenga que estar de acuerdo al cien por cien con sus fondos o formas, sino porque su causa, defendida con alegría, humor y colorido, participa en un porcentaje alto con la única causa que, que ahora, merece mi pena: trabajar para humanizar este mundo; devolver la dignidad y la libertad al ser humano y proteger un planeta que es inagotable en bienes si se respetan sus ciclos y lo vivimos como connatural aliado y no como una mina de extracción de riqueza.
No es tiempo de coincidencias plenas para movilizarse, es tiempo de guiños y complicidades que ayuden a transitar los desiertos sin alma. Es el momento de espartanos y de valientes que decidan ganar su tiempo perdiendo el miedo. Como dicen ellos. ¡Auuu, Auuu, Auuu!
Más sobre Oscar Terol